jueves, 2 de septiembre de 2010

Un sábado normal en mi vida

Les contaré lo que me sucede todos los sábados, suena mi despertador por la mañana, me despierto, apago el despertador, bostezo, me estiro, me levanto de la cama y tal vez me rasco un huevo, enseguida tomo un vaso con agua, y desayuno algo ligero, después de reposar un poco el desayuno y entrar al baño a satisfacer las necesidades, que todo ser humano imperiosamente debe satisfacer, me dispongo a guardar en una maleta deportiva las cosas que utilizo para hacer una de las actividades que mas disfruto de la vida, jugar al fútbol.

Seguro habrá muchas personas que no entiendan ese tipo de pasiones primitivas, casi neandertalezcas, que son producto de la enajenación que genera el consumo de la industria cultural a la que pertenece nuestro amado deporte, pero es discusión en la que no profundizaré, al menos en éste escrito.

Me dispongo a salir de la casa, para llegar al punto de reunión acordado, en el que la clase burguesa del equipo, recoge cada ocho días en su automóvil de lujo a la otra parte del equipo, si … la clase proletaria (a la cual pertenezco) juntos emprendemos el camino por la carretera vieja que lleva al cerro del Ajusco lugar en el que se encuentra el sagrado rectángulo verde que sirve de escenario para librar las candentes batallas futbolísticas de las que somos partícipes todos los sábados.

Una vez llegando al campo de juego comienza un ritual que todos, sin importar el equipo al cual pertenezcan repiten con meticulosa obsesión y admirable devoción, no es otra cosa más que enfundarse en la elegante armadura que siempre nos acompaña en cada batalla.

Claro, todos los guerreros poseen diferencias en los ya mencionados ritos, por lo que me enfocaré en describir el propio, comienzo por despojarme del pantalón largo, para dejar a la noble audiencia admirar el elegante calzoncillo negro, después envuelvo cada uno de los frágiles tobillos en una venda elástica que posteriormente es cubierta por un par de escudos caballerezcos, casi prodigiosos, que protegen mis espinillas de los peligrosos puntapiés de los rivales en turno, enseguida las negras medias y así mis pies quedan listos para calzar los hermosos botines negros, héroes de mil batallas, finalmente deslizo sobre mi cuerpo la inigualable camiseta roginegra que representa las glorias de 20 años del Andorra F.C. mi equipo llanero de fútbol.

Cuando los 22 valientes que inician la batalla se posan en el verde campo, el nazareno hace sonar su ocarina con religiosa impuntualidad y total desconocimiento de las reglas que hacen posible un encuentro decente de fútbol, sin embargo la ferocidad del combate y el hecho de estar ahí sin otro interés que el placer de jugar al fútbol, es lo que hace de esa actividad la más esperada de mi semana y lo que le da más dignidad que cualquier enfrentamiento de los que se llevan a cabo en los escenarios masivos de la Federación Mexicana de Fútbol.

Lo más bello de todo esto es que cuando la pelota comienza a rodar y se empieza a escribir otra página en el libro de los recuerdos de nuestro amado deporte alpino y sabatino, desaparecen las clases sociales, la única diferencia que importa es el color de la camiseta que vistes y jamás se representa esa diferencia un agente que produzca rechazo al otro o la degeneración de lo que en esencia practicamos dentro de la comunidad ADECMAC Asociación Deportiva de Exalumnos del Colegio Madrid A.C. que es hacer lo que más nos gusta JUGAR AL FUTBOL.















lunes, 23 de agosto de 2010

Los Castores

Que fortuna la mía
cuando elegí Gestión
si estuviera en Economía
me aburriría bien cabron.

En el primer semestre
todo se puso confuso
pero salimos de éste
mas sabios que el mismo Confucio.

Con esa clase tan "armónica"
te querías ir de la facultad
pero gracias a Mónica
comprendiste la diversidad.

Cuando se habla de identidad
nadie iguala al buen Hernán
y después de ir a Tlaxcala, Ciudad
todos muy felices estan.

Si los jueves no sabes que hacer
ten en cuenta sociedad y cultura
entra a la clase de Javier
y tu ignorancia quedara en la sepultura.

En expresión y registros
no se sigue una rutina
con muy buenos escritos
nos enseñó Clementina.

Los lunes eran de lo peor
pues siempre estaba aburridín
pero todo se ponía mejor
con los chistes de Bourdin.

Si ser lingüista te asusta
y te quedas dormido en sleeping
verás que al final te gusta
depués de escuchar a Lindig.

Si me preguntan a mi
todos estos son buenos
pero tambien Abeyami
escribe sus buenos textos.

En el segundo pedazo
todos nos revolvimos
y al volver del pachucazo
mas confiancita tuvimos.

Si me preguntan de patrimonio
les dire que no se nada
peor que en un manicomio
Mari Carmen nos trataba.

No es bonita una fotografía
si la tomas con un cel
no te fíes de la tecnología
nos enseñó mi amiga Isabel.

Iskra no se que escribirte
aunque tu nos dabas procesos
con lo que en clase nos diste
analizar buenos textos podemos.

Una cosa es la sociedad
y otra cosa es la cultura
pero Luz hasta la saciedad
nos enseñó pura basura.

Nos dijeron que Oliveira
era muy exigente
si con Mónica los viera
que risa me daría esa gente.

Hablando de diversidad
no te creas lo que digo Humberto
que estando en la universidad
siempre lo que dices es cierto.

Con muchas ganas de enseñar
Susann viene de muy lejos
y después de su clase escuchar
dejamos de ser pendejos.

No se porque ni como
nos convertimos en gestores
pero al abrir un pomo
nos hicimos amigos castores.

Esos pinches castores
chupan, duermen y comen
pero en horario de clases
siempre las pilas se ponen.

Ya sabemos lo que haremos
empezando el tercer semestre
que pedota nos pondremos
cuando estemos en Campeche.

domingo, 22 de agosto de 2010

Por que no soy católico

Yo me considero una persona común que sobrevive en una ciudad no tan común y que tiene una historia de vida con tantas aristas como la de cualquier persona común que habite este lado del hemisferio, pero por ahora solo los aburriré contándoles una de esas aristas que describe solo una parte de mi y se refiere al por que de mis creencias religiosas, lo que sea que esto signifique.

Crecí en el seno de una familia mexicana tradicionalmente católica, lo cual dice mucho para bastantes personas, sobretodo para personas que como yo perdieron gran tiempo de su niñez, levantandose temprano los domingos para acudir a la iglesia y escuchar misa con todo lo que eso implica (perder una hora de tu día de descanso escuchando que te irás al infierno si no te portas bien, confesarse, arrepentirse de todos tus pecados, comulgar y venerar imagenes inhertes de personajes "todopoderosos") era una actividad obligatoria y no cumplir con ello significaba incurrir en una falta que bien podía valer perder el domingo de tu tía consentida, o quedarte castigado sin salir a jugar con tus amigos en la tarde. Me pregunto yo, ¿que pecado tan mortal puede cometer un niño de 10 años para sucumbir toda la eternidad en las brasas del infierno? por que el hecho es que ese será su destino si no se se arrepiente y confiesa sus pecados cada domingo a un pederasta en potencia, ja ja ja por supuesto, no todos los sacerdotes son pederastas pero seguro hay más que acciones infantiles imperdonables que confesar.

Si tuviera que describir mi infancia diria que fue una infancia plenamente felíz excepto por los domingos de las diez a las once de la mañana. No tengo nada que reprochar a mi madre, ella es una persona que siempre ha visto por mi bienestar y de todas las personas que conozco es la única de la que estoy seguro daría la vida por mí sin esperar siquiera un gracias a cambio, la menciono por que ella es quien se esforzó más que nadie en inculcarme la creencia del catolicismo y también irónicamente por ella es por quien me convencí de que lo que yo creía una creencia veráz era solo un mito.

Resulta que un día a mis doce años de edad y ya entrado en renuencia a asistir cada ocho dias a la iglesia, acompañe a mi madre y estando en medio de la ceremonia pero ensimismado en mis pensamientos se me ocurrió preguntarle a mi madre de donde venía Dios y como es que había nacido pues en mi lógica rondaba la siguiente cuestión, si Dios es el creador de todo el universo ¿quién o que coños creó a Dios? la respuesta de mi madre fue "niño, esas cosas no se preguntan, uno tiene debe tener fé" inmediatamente me invadieron pensamientos de duda pues mi madre siempre trataba de darme explicaciones por todo lo que yo preguntaba, lo que me hizo pensar que algo andaba mal con todo este asunto de Dios, mi actitud curiosa no me permitió estar en paz durante toda esa semana, por lo que decidí consultar a un especialista en el tema, así que con inusual ímpetu me levante temprano al siguiente domingo y acudí solo a la iglesia, entre a un confesionario e hice la misma pregunta icidiosa e hiriente a un sacerdote, ¿no adivinan cual fue su respuesta? si, así es, exactamente la misma que mi madre me había dado ocho dias antes  "niño, esas cosas no se preguntan, uno tiene debe tener fé," me incorporé frente a él y con actitud pasiva le repliqué "si usted que es un sacerdote no me puede responder una pregunta tan sencilla e insiste en esa patraña de la fé no me queda más remedio que renunciar a mi creencia pues esta infundada... ja ja ja, el cura saltó de su asiento como si frente a él estuviera el mismisimo Satán y me empezó a regañar a tal grado que le salia espuma por la boca, me dijo que tenía que rezar no se cuantos padres nuestro y más aves marías, pero mi actitud seguía indiferente, lo que hizo que el Padre Miguel enfureciera aún más, así que en un arrebato de indignación y rabia me tomó por una patilla y me jaloneó indicandome que lo siguiera a la capilla que estaba atrás del altar principal pero yo le di un manotazo para zafarme de su mano y salí corriendo de la iglesia.

De regreso a casa me encontraba asustado por que no sabía como reaccionaría mi madre cuando le contara el comportamiento que había tenido con el sacerdote, espere como treinta minutos afuera de mi casa tratando de reunir valor para entrar y ver a la cara a mi madre para contarle lo sucedido, finalmente después de tomar valor abrí la puerta y entre, solo para encontrar una casa vacía, mi madre no estaba y solo encontre una nota que decía "salí al mercado regreso mas tarde" la impaciencia me consumía, yo deseaba que ella llegara lo antes posible para contarle pues simepre he detastado ese estado de incertidumbre que te da el no saber la reacción que tendran las personas ante este tipo de cosas, además yo estaba de que mi madre me regañaría y haría que pidiera disculpas al padre, por otor lado mis dudas se habían disipado por completo, Dios no existe, no lo podía comprobar pero finalmente tampoco nadie me podía comprobar lo contrario.

La espera se me hizó eterna, pero finalmente después de una hora llegó mi madre, y lo primero que me preguntó fue lo siguiente ¿cómo te fue en la iglesia? tartamudo pregunte ¿co-co-como sabe que estuve ahí? su respuesta fue hilarantemente cierta "las mamas lo sabemos todo" por un momento me sentí abrumado, pero despues de meditarlo unos segundos decicdí contarle todo sin rodeos y con lujo de detalle, mi madre escuchó mi historia atenta y sin interrumpirme ni una sola vez, cuando terminé esperaba lo peor y ella me dijo algo que nunca olvidaré, "hijo, estoy muy triste contigo por que yo jamás dejaré de creer en Dios y siento que seguir teniendo fé es lo mejor que tu podrías hacer, pero yo estuve en la iglesia y vi todo lo que sucedió así que me siento orgullosa de tener un hijo que no miente y que defiende sus convicciones como tu lo hiciste" jamás me sentí tan aliviado y en ese momento supe que mi madre es la mejor que a mi me pudo haber tocado, no creo que haya una madre modelo en el mundo solo creo que la mía es la que debió tocarme.

En la actualidad he cambiado la forma tan radical que tenía de pensar con respecto a la religión, pues yo estaba convencido de que la religión era algo nocivo para la sociedad y que todo el que la practicara estaba equivocado y todo el que la profesara lo hacía con fines perversos, hoy sé que simplemente no es algo que vaya de acuerdo con mi forma de vivir, pero entiendo que muchas personas ven a la religión como parte integral de sus vidas, condeno al fanatismo y la forma fundamentalista de practicar y defender la religión y me adscribo a la corriente ideológica que pugna por condiciones de cooperación para que todos y cada uno de los seres humanos pueda expresar públicamente y practicar libremente cualquier creencia, sea religiosa o no con la cual se sienta identificado, respetando un marco de racionalidad en el cual se pueda llevar a cabo lo anterior sin afectar o impedir otras formas y creencias de vida.